Testimonio de Oscar y Lina Lopez

Los daños de los anticonceptivos y la Misericordia de Dios.

Nosotros venimos de una familia católica pero la mayoría tibia, pero tuve la gracia de unos abuelos paternos muy piadosos donde me inculcaron el amor a Dios y a nuestra Madre María ….. pero cuando me case por la iglesia en medio de muchas pruebas y cosas de violencia (Colombia 2000) mi esposo médico nos toco inmigrar a este país y en su educación médica le enseñaron  a “ayudar a las mujeres” como no lo iba a hacer con su esposa y más en las circunstancias que creíamos vivíamos en ese momento. Empezar de cero!

Comenzamos a tomar anticonceptivos, por que no estábamos “preparados a tener hijos todavía” en el 2003 tuve un embarazo eptopico donde perdimos nuestro primer bebé en medio de mucho dolor de conciencia de ambos, pero no entendíamos todavía el daño que causamos por esos químicos a nuestro bebé.

Ahí perdí una trompa de falopio, como muchas mujeres ahora y mi útero no es normal así que prácticamente me declararon estéril. Un 24 de Diciembre, como se pide en Colombia al Niño Dios, le pedimos por un Bebé y fue el Santo Milagro de la Vida en nuestro hogar 2005 nació parto normal! Todo en contra de lo que la medicina decía! En esto mi esposo solo veía la mano de Dios y fuimos despertando.  En el 2007 quede de nuevo en embarazo por Gracia de Dios pero mi bebé no se pudo seguir desarrollando, por qué me diagnosticaron a parte de todo endometriosis…. tuvieron que sacar mi pequeña ya su corazón no latía. Así fue que entendimos que los químicos que tome dañaron mi cuerpo y la naturaleza del plan de Dios en mi vida…. pero también entendimos que teníamos dos almas en el cielo como me enseñó mi abuelo intercediendo por nosotros. Comenzamos un fuerte camino de conversión y de ser católicos de misa cuando podíamos, nos volvimos católicos de Misa diaria y nuestro hijo a crecido en un ambiente del Amor de Dios. En el 2011 conocimos a John Rick Miller y comenzamos en el camino de servir a Dios.

En esa camino conocimos a Carlotica cuando estaba también comenzando su propio llamado. Después de unos años de conocernos pude ver la Gracia de Dios obrando en su vida y nos unió para que ella a través de nuestros pequeños nos ayudara a entender por que estamos en este camino de purificación y Santidad que Dios quiere para cada uno de nosotros, por medio de esas dos almitas puras que han intercedido constantemente por nosotros, al fin de que mi esposo médico también comprendiera que lo que le enseñaron de ayudar a la mujer no es ayuda.  Pero con la Misión que nos ha pedido hoy el Señor entendemos que esas almitas mártires son parte de nuestra fuerza en esta tierra y siempre están tan cerca de nuestro corazón. Pudimos bautizarles y pedir perdón y sentir ese abrazo de nuestra Señora en la Advocación de Guadalupe en La Paz de Dios de ese perdón. Siguen cada día en nuestras vidas y en la vida de nuestro hijo hoy adolescente! Sabe que tiene dos hermanos en el cielo que le esperan y que están pendiente de el para que pueda cumplir la meta y llegar también donde ellos están. En la presencia de Dios. Ahora después de todos estos años tenemos la certeza total en el corazón de que Ellos nos acompañan y a pesar de todo el dolor que vivimos y la ignorancia. Son un verdadero regalo de Dios en nuestras vidas terrenas pues están tan pegaditos al Padre que tenemos dos Santicos hermosos en el cuidado de Mamá, Papá, su hermanito y demás familiares. Para estos tiempos que estamos viviendo. Pues todo es un plan perfecto en el amor de Dios.

Mis almitas Santas se llaman Maria Camila y Juan Manuel.

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