Causa de los niños no nacidos-mártires

Causa de los niños mártires por nacer Después del Concilio Vaticano II ha habido un gran número de canonizaciones y sobre todo se ha desviado de esa costumbre de que para ser santo hay que ser sacerdotes, obispos, papas, religiosos y religiosas. Ha habido una explosión de santidad de laicos, esposos cristianos e incluso niños que han provocado el cambio de ciertos procedimientos de la Congregación para las Causas de los Santos.

Por ejemplo, con respecto a la Causa de los Pastorcitos de Fátima, Jacinta y Francesco, se han cambiado las reglas sobre el período de perseverancia en las virtudes heroicas.

Primainfattiera exigía a los candidatos, como prueba fehaciente, al menos 10 años de heroico ejercicio de las virtudes.

Ahora se requieren 5 años del uso de la razón y menos aún, como fue el caso de los niños de Fátima … En el caso de los mártires, son criterios bien definidos y resumidos en los cuatro elementos histórico-jurídicos: 1) muerte violenta infligida, 2) por un perseguidor, 3) por razón de fe o virtud moral referida o remitible a Dios, 4) sufrido por el héroe con la conciencia recta, la fuerza constante y la mansedumbre serena. ¿Pueden considerarse mártires los niños no nacidos muertos por aborto? ¿Existen elementos válidos para su reconocimiento por parte de la Iglesia? En el libro “El martirio de los niños no nacidos” se trata extensamente el tema y se dan hipótesis para reconocer el suyo como verdadero martirio. Esta hipótesis es la razón que motivó la constitución de la Asociación para la Postulación de la Causa de los Niños-Mártires por Nacer.

Esta hipótesis también está respaldada por las declaraciones de la Comisión Teológica Internacional de 2007: “Algunos de los niños que sufren y mueren son víctimas de la violencia.

En su caso, teniendo como referencia el ejemplo de los Santos Inocentes, podemos ver una analogía con el Bautismo de sangre que trae la salvación. Aunque sin saberlo, los Santos Inocentes sufrieron y murieron por Cristo; sus verdugos estaban conmovidos por la intención de matar al Niño Jesús.

Así como los que quitaron la vida a los Santos Inocentes fueron impulsados ​​por el miedo y el egoísmo, la vida de los niños de hoy, especialmente los que todavía están en el útero, a menudo está en peligro el miedo y el egoísmo de los demás.

En este sentido se encuentran en una condición de solidaridad con los Santos Inocentes.

No sólo eso, también me encuentro en una situación de solidaridad con Cristo que dijo: “De cierto os digo: cada vez que le habéis hecho estas cosas a uno de estos hermanos más pequeños, a mí me lo habéis hecho” (Mt 25, 40). Es vital que la Iglesia proclame la esperanza y la generosidad que son intrínsecas al Evangelio y esenciales para la protección de la vida “.