UNIDOS EN EL SANTO SACRIFICIO
Queridos sacerdotes,
Ofrecen todos los días, en el Sacrificio de la Santa Misa al Padre el Preciosisimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de N.S. Jesucristo en expiación de nuestros pecados y los del mundo entero.
Recuerden la sangre de tantos inocentes considerados por esta sociedad, como residuos aún siendo asesinados en el útero materno.
Únase a ellos en Su dolorosa pasión. Juntos pedimos a la Iglesia el reconocimiento de su martirio
La Gracia en el bautismo da a todos los hermanos y hermanas el sacerdocio común de los fieles. Te hace participar del misterio de Cristo que se ofrece al Padre por la humanidad. Combinemos la ofrenda de nuestra vida con la de los Inocentes, no nacidos mártires que, sin oponer ningún obstáculo a la Gracia, glorificaron a Dios no con palabras, sino con sangre.